Columnas
La endodoncia en mi día a día
La endodoncia es un conjunto de pasos ordenados con el fin de poder conservar la pieza dentaria sin ningún tipo de sintomatología para que posteriormente se la pueda restaurar y que vuelva a su función en boca.
En mi práctica diaria, como futuro profesional en endodoncia, muchos pacientes se me presentan con múltiples dudas sobre el tratamiento endodóntico o “tratamiento de conducto” como se lo conoce más habitualmente.
“Doctor me duele mucho el diente, ¿debe tener infección?”
Esto es algo que escucho diariamente, donde los pacientes acuden al consultorio por dolor de diente, tomando antibióticos sin saber por qué no se les va el dolor.
Hay que saber que no todo dolor dentario es causado por infección, en la gran mayoría de los casos es causado por una carie que está hace mucho tiempo y es de gran tamaño, lo cual a medida que se aproxima a la pulpa dental o “nervio” del diente produce dolor, causando un cuadro de pulpitis que se expresa con un intenso dolor. Pero eso no significa que el diente esté infectado.
Por ende, la toma de antibióticos no va a aliviar los síntomas ya que no es la medicación adecuada. Es por eso que uno nunca se debe automedicar y lo que debe hacer es recurrir primero a un profesional para saber bien qué medicación debo tomar.
Muchos pacientes pueden presentar caries muy grandes y no necesariamente en todas tengan infección.
“Me dijeron que el tratamiento de conducto duele”
Endodoncia vista por radiografía
La endodoncia, como cualquier tipo de práctica en la odontología, se debe realizar bajo anestesia. Es un mito que la endodoncia es dolorosa, el paciente es anestesiado antes de comenzar la prestación.
A lo largo del procedimiento, tal vez sea necesario reforzar con anestesia debido a que es un tratamiento que suele durar mucho tiempo por la cantidad de pasos que conlleva, pero una vez que el paciente está anestesiado, no duele absolutamente nada.
“Me hice un tratamiento de conducto y me sigue doliendo. ¿No me mataron el nervio?”
Diente sin el nervio
Lo que el profesional realiza en esta práctica es la extracción de forma completa del nervio para poder conservar el diente y que no presente ningún tipo de sintomatología.
Un diente con endodoncia puede presentar sintomatología de dolor o sensibilidad al tacto aproximadamente durante 3 a 7 días posteriores al tratamiento. Un paciente que se realizó un tratamiento endodóntico correctamente no debería presentar dolor luego de transcurrido ese tiempo.
Si alguna vez se realizó uno y todavía siente dolor debería acudir a su odontólogo para realizar una consulta.
“Siempre que me hago un tratamiento de conducto el diente después se me termina rompiendo”
Molar con endodoncia y restauración / Premolar con endodoncia y restauración
Posiblemente es algo que se dice mucho y tal vez a más de uno le pasó, pero… ¿Por qué pasa esto? El tratamiento endodóntico debilita mucho al diente debido a que tiene que recibir un gran desgaste para poder eliminar la caries y retirar la pulpa dentaria o “el nervio del diente” por lo cual una vez que el tratamiento está terminado es muy importante que el paciente entienda que estamos solo a la mitad del procedimiento.
Una vez que el diente terminó con su tratamiento endodóntico debe recibir una restauración adecuada. Las más comunes serían un perno y una corona o una incrustación.
Si el diente no recibe una restauración adecuada es muy factible que sufra una fractura debido al desgaste que sufrió. Esto no se debe directamente al tratamiento de conducto sino a que no se realizó un buen arreglo posteriormente.
Foto del Instagram de Agustín
Para concluir, existen muchas dudas más sobre lo que es un tratamiento endodóntico, cómo se realiza y cuando es indicado hacerlo. El paciente siempre debe concurrir a un profesional capacitado debido a que es un tratamiento complejo pero necesario para lograr conservar la mayor cantidad de dientes sin la necesidad de realizar extracciones de los mismos.
Columnista: Odontólogo Agustín López
Columnas
Columna: Dolor dentario, ¿el amigo del fin de semana?
El dolor dentario o “dolor de muela” es algo muy común que seguramente alguna vez te pasó a vos, a un amigo o a un familiar. En la gran mayoría de las consultas los pacientes me comentan que el dolor comenzó un viernes por la noche o sábado. El dolor, obviamente, no está relacionado a los días de la semana, simplemente es una coincidencia
Muchos pacientes sufren esto, no saben cómo actuar y se pasan dos o tres días con dolor. Son varias las causas por las que un diente puede doler, entonces:
¿Por qué duelen los dientes?
Este cuadro de dolor en odontología se lo conoce como “pulpitis” y puede comenzar cuando al elemento le realizaron un arreglo muy grande, sufrió un traumatismo o cuando el diente está afectado con una caries que está próxima al nervio del diente.
En estos casos, la pulpa o nervio sufre un cambio inflamatorio produciendo dolor.
Imaginémonos al diente como una caja que no se puede expandir y la pulpa encerrada en esta caja. Cuando la pulpa se inflama, produce presión en las paredes internas del diente causando un gran dolor.
Generalmente, antes de tener una pulpitis y este dolor tan intenso el diente va dando señales que hay que tener en cuenta. Estas pueden ser:
- Molestias leves al morder con ese diente o al tocarlo
- Dolor a los cambios de temperatura como el frío o calor (esto se puede confundir con sensibilidad dental)
- Poco dolor en el dia y que aumente en la noche
Estas son señales que uno mismo puede ir identificando para darse cuenta que algo está irritando al diente y la pulpa. Cuando el paciente presenta alguno de estos síntomas, lo recomendable es acudir a su odontólogo lo antes posible para que realice un diagnóstico. En algunos casos esa molestia se puede solucionar retirando las caries y realizando una restauración. Cuando el cuadro de pulpitis avanza la única solución es un tratamiento de conducto o endodoncia.
Existen casos donde no hay ningún tipo de señal previa y el dolor comienza sin aviso, es por eso que siempre se deben realizar controles odontológicos de forma frecuente.
Signos de que el cuadro se está agravando:
- Dolor intenso al tacto o a morder
- Dolor intenso a los cambios de temperatura, en algunos casos puede doler con el calor y el frío calmarlo
- Dolor intenso a la noche principalmente
- Dolor espontáneo o sin previo estímulo, es decir, sin morder y sin cambios de temperatura.
¿Qué hago si tengo dolor?
En estos casos cuando el dolor es muy intenso se debe concurrir al odontólogo cuanto antes para que este realice un diagnóstico, comience el tratamiento si es posible y prescriba la medicación necesaria. En el caso de no poder concurrir a un odontólogo, se deberá ir al centro de atención médica más cercana para que le receten medicación.
No se aconseja automedicarse. Muchos pacientes se medican con antibióticos pensando que se trata de una infección y en la mayoría de los casos no es así. No todo dolor dentario deriva de una infección por lo que el antibiótico no siempre es efectivo.
Estos cuadros se tratan principalmente con analgésicos y con antibióticos solo si el profesional lo considera necesario.
Columnista: Odontólogo Agustín López / Mat:P-9614
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Especial Halloween: 10 pelis de terror y algo más…
Hoy nos metemos con unos de los géneros cinematográficos más subjetivos de todos, pero algunos puntos en común debemos tener… porque cuando cierran el espejo del botiquín del baño ya todos sabemos que algo va a aparecer atrás pero aún así saltamos cada una de las veces que eso sucede. Pero como terror hay para todos los gustos acá viene una lista con un poco de cada cosa.
Acá no vas a encontrar The witch, ni El silencio de los inocentes o La aldea (que TREMENDAS pelis, mirá que ASI COMO QUIEN NO QUIERE LA COSA, te metí unas recomendaciones extra) NO! Acá hay terror, con estas pelis te van a tener que acompañar al baño porque acá no duerme nadie! ESTO ES HALLOWEEN!
-¿Cómo? ¿Que tome mate y quiero retruco?
-¡Quiero vale cuatro porque arrancamos esta lista con excelente terror Argentino, papá!
Aterrados (2017)
Producción del director Damian Rugna (recientemente premiado por otro de sus films en el festival Sitges de cine fantástico). Esta película fue definida por los críticos como “la mejor película de terror argentina”.
Gente que desaparece sin dejar rastros, muertos que vuelven de sus tumbas, voces que se escuchan en los drenajes de agua, entes invisibles que asesinan personas y movimientos magnéticos que no tienen explicación.
Ghostland o Pesadilla en el Infierno (2018)
Pascal Laugier -director de Martyrs, joya del cine de terror francés- llega con esta peli en una máxima redención, después de un melodrama que le escapaba al género donde mejor se desenvuelve.
Colleen y sus hijas. Una de ellas es Beth, una chica introvertida que encuentra consuelo en las historias que escribe, mientras que Vera, la otra hija, es mucho más segura de sí misma y desafiante. Las 3 heredan una casa. ¡UNA CASA! ¿Qué podría salir mal después de heredar una casa? BUENO, TODO PUEDE SALIR MAL. En su primera noche irrumpen en la heredadisima casa dos asesinos… pero no dos asesinos normales. Bueno… ¿hay asesinos normales? No sé si hay pero estos eran los menos normales de todos y tienen planeado cometer una atrocidad tras otra.
Sinister o Siniestro (2010)
Este film nos presenta a Oswald, un escritor que se dedica a relatar crímenes reales agregándoles un poco de ficción… medio trucho digamos. Viene con unos años sin pegarla después de su último éxito y decide alejarse junto a su familia, ¿a dónde? OBVIO que a una casa alejada, en un pueblo alejado de los que, como espectadores, siempre vamos a preguntar ¿POR QUÉ TE FUISTE A VIVIR AHÍ? Y… para estar tranquilo, nos diría Oswald. Pero claro que nos mentiría ya que se mudó ahí porque es la escena de un crimen. Donde lo único que pasó fue que toda la familia se ahorcó y la hija menor desapareció… mantenemos la premisa de vivir en un lugar tranqui ¿no?. NO.
La historia avanza para solo ponerse peor ya que nuestro protagonista toma la segunda peor decisión de la película que es reproducir las viejas grabaciones que encuentra en el ático de su casa que parecen pertenecerle a un asesino en serie que viene trabajando, sin interrupciones, desde los 60´s. ¿Hay más? Hay muchísimo más.
Them – Serie(2021)
Terror psicológico y físico de esos que sentís en la panza angustia, bronca e impotencia potenciada por horror.
Them nos cuenta la historia de una familia afroamericana que a mediados de los años 50´se muda desde Carolina del norte a un barrio habitado completamente por gente blanca en lo que se llamó “La gran migración”.
El hogar de esta familia, el cual buscan que sea lo más idílico posible aún ante el notorio desacuerdo de sus vecinos y el avasallante racismo que sufren, se vuelve una pesadilla absoluta cuando se funden las fuerzas sobrenaturales junto a la maldad humana que los rodea y deciden cazarlos, ahuyentarlos o destruirlos, lo que suceda primero.
V/H/S (2012)
Empezamos con un grupo de simil sicarios, tipos horrorosos, a los que otro grupo de tipos horrorosos les pagan para hacer cosas horrorosas y un día reciben la orden de un trabajo que trata sobre ir a una casa y robar un vhs, solo eso. ¿Saben quién vive en esa casa? No. ¿Saben qué cinta van a buscar? No. ¿Saben dónde está al menos? Pero claro que no. Cuestión que este grupo de protagonistas, que nada de empatía despiertan, se pone en acción, va a la casa y encuentra una colección inmensa de vhs por lo que toman LA decisión. Si, esa decisión de verlos uno por uno y agarrate y pone play (como hicieron ellos) que cada cinta es más pertubadora que la otra.
Esta peli de found footage es un largometraje construido con pequeños cortos de terror inconexos entre ellos pero que van sumergiéndote cada vez un poco más en lo que está viviendo este grupo de pibes que no tienen idea en lo que se metieron.
Los huéspedes o The Visit (2015)
¡Uh bueno!… entramos en la peli que te va a hacer mirar dos veces a cualquier abuelo del mundo.
De la mano de M. Night. Shyamalan, vamos entrando en la historia de Rebecca y Tyler, dos hermanos que son enviados a pasar unas vacaciones con sus abuelos a una remota granja. Hasta acá, nada del otro mundo, pero cuando los abuelos escapan de cualquier representación tierna, cálida o protectora, utilizando sus vulnerabilidades para inquietarnos, podemos ver una buena historia de terror.
Con tintes de cuento de los hermanos Grimm y referencias claras de Hansel y Gretel esta película va causándonos una necesidad imperiosa de dejarle bien en claro a los niños que por más que la bruja te ofrezca golosinas… no tenés que entrar ahí.
“28 days layer” o Exterminio 1 (2002) y “28 weeks later” o Exterminio 2 (2007)
Parte de la columna donde deja de haber cualquier tipo de objetividad y solo soy una fan hablando de unas de sus películas favoritas en el mundo, que CASUALMENTE son las destacadas absolutas de este subgénero.
Comenzamos la saga con unos activistas que liberan animales de un laboratorio solo para descubrir, demasiado tarde, que son portadores del virus de la rabia, el cual los convierte en asesinos salvajes e insaciables, por lo que vemos como el virus se propaga rápidamente entre los seres humanos.
Exterminio crea así el término “infectados”, saliendo del concepto de “Muertos vivientes” para instaurar la idea de “personas vivas infectadas” y abriendo la puerta a un tipo de películas inyectadas con adrenalina, mostrándonos zombies más rápidos, más fuertes y extremadamente violentos.
La historia de nuestro protagonista empieza despertando en un hospital para luego encontrar un Londres totalmente devastado y arrancando a entender -él y nosotros- gracias a diarios viejos que se encuentra por la calle que “se acabó todo, todo, todillo”, como diría Flanders.
Un virus volvió a la humanidad contra sí misma y 28 Days Later nos invita a acompañar a un grupo de personas en la lucha constante por su supervivencia y con la esperanza firme en encontrar un lugar a salvo y alejado de este panorama apocalíptico.
La segunda entrega de esta peli arranca arribisima, vemos desde el inicio cómo se disuelve un grupo de sobrevivientes a causa de una horda de infectados y un montaje nos explica que pasaron 6 meses de la epidemia original. El virus ha aniquilado a casi la totalidad de Inglaterra, se está anunciando que el peligro pasó y hay bases militares trabajando en la reconstrucción del orden social. Vemos cómo refugiados comienzan a instalarse pero uno de ellos vuelve con un secreto. El virus no desapareció y está fuera de control. En fin, véanla, y si ya la vieron, véanla de vuelta.
Hereditary o El Legado del Diablo
¿El exorcista de nuestra época? Un poco puede ser… Esta película de Ari Aster representa (como lo hizo el exorcista en su momento, siendo incluso la primer y unica película de terror en ganar estatuillas del Oscar) la consagración, una película que no se apoya en jump scares, que aunque son efectivos, caen un poco en lo simple que es hacernos pegar un susto. Hereditary construye personajes, construye historia y te metés junto a los protagonistas al escenario devastador que te presentan.
Nos cuenta la historia de una familia donde se muere la abuela, laaaaa mamá de la mamá (como dice la canción), todo bastante triste… o no tanto, porque la verdad que mucho no la querían. En el pasar del duelo la mamá comienza a ver algunas cosas extrañas en la casa…pero la historia no trata de fantasmas. Sé que no la estoy vendiendo bien, pero pasan tantas cosas en esta película y todas forman parte del todo, que no hay nada que pueda adelantar y pueda ser un dato jugoso que les vaya a dar ganas de verla. Tienen que hacer este viaje solas y solos, y permitirse disfrutar en su totalidad, lo que creo es una máxima expresión de calidad en lo que es este 7° arte.
Antes de llegar a la última peli de esta lista, agrego algunas menciones honoríficas que no cuentan con una sinopsis solo porque sino este documento va a llegar a las 12 páginas aproximadamente y les causaría el efecto “Videoclub” que ante tanta oferta es imposible decidir que ver.
Los extraños (2008)
Tú eres el próximo (2011)
Terrifier 1 (2016) y 2 (2022)
Líbranos del mal (2014)
Espejos siniestros (2008)
Shutter (2008)
Macabre (2009)
Grave encounters (2011)
Creep (2014)
Rematamos este especial de películas de terror con la representación absoluta de la incomodidad, de una incomodidad que solo escala hasta hacernos llegar a un estado de perturbación total.
Conocemos a Aaron, un joven fotógrafo que responde a un anuncio de un trabajo de internet que consistía en grabar los últimos momentos de un hombre que está por morir y quiere dejarle un recuerdo a su hijo. De a poco y adentrándonos en su relato podemos ver, y también Aaron, que sus intenciones no son buenas.
Finalizando esta lista de recomendaciones “halloweenenses” pueden ver que no mencioné grandes clásicos o películas del 2000 para atrás, ¿las estoy reservando para una próxima columna? Bueno un poco sí…. pero un poco afecta el hecho de que les estoy trayendo algo que los haga saltar un poquito y que con un poco de suerte, para mí; definitivamente no para ustedes, les quite un poco el sueño.
Como mencioné en el principio el terror, junto con la comedia, son los dos géneros que más subjetividad demandan y a mí particularmente estas producciones no me dan miedo y puede tener un poco que ver con la manera en que envejecen algunas cintas. Que innegablemente han marcado generaciones y son hitos en su género pero, por poner un simple ejemplo (y mandar unas recomendaciones mas) El bebé de Rosemary o Psicosis me parecen de las mejores películas de la historia pero la verdad que no me generan el miedo que pueden haber causado en sus contemporáneos, por esta razón traigo algo un poco más actual que nos pueda envolver a todos, independientemente de la valoración del CINE (inserte emoji de cigarrillo cinéfilo) puedan sentarse a mirar una buena peli que les haga transpirar la espalda.
Bueno… habiendo terminado mi sinfín de acotaciones y aclaraciones me retiro deseándoles unas buenas maratones de terror.
¡Hasta la próxima edición! Y acordate que si te conmueve, es Arte.
Columnista: Ivonne Estrella Francioli
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Columna: ¿Seguridad? ¿Qué seguridad?
La seguridad puede considerarse como un estado de ausencia de peligros y de condiciones que puedan provocar daño físico, psicológico o material en los individuos y en la sociedad en general.
Usted se despierta en mitad de la noche, necesita ir al baño. Se incorpora despacio, sin ruido. No enciende luces: su esposa duerme. Avanza cuidadosamente por el pasillo. Allí está el gato, durmiendo feliz e inofensivo junto al calor de la estufa. Usted, claro, no lo vio. Le pisa la cola con sus 90 kilos y el pobre bicho suelta un aullido y se prende con uñas y dientes del pie agresor desnudo… ahora el que suelta un aullido es usted, junto con algunas palabras castizas, pero no aptas para menores. Y ahora grita su señora, asustada, despertada de la peor manera…
Al rato, todas las luces de la casa están encendidas… usted trata de detener la sangre que sale con ímpetu del pie atacado. El felino agresor, con su tradicional astucia, desapareció. Su señora de usted, le dice cosas parecidas a las suyas cuando el ataque…
Tres días después, usted todavía no se puede calzar. Claro, tampoco puede ir a trabajar, y, por si fuera poco, debió vacunarse, por las dudas. Su señora periódicamente –digamos, a cada rato- le recuerda lo imprudente que estuvo al no encender una mísera luz al levantarse –“la luz del celular, ¡aunque sea!”-. Usted ya no busca al gato con un cuchillo en la mano, y el traidorcito lo mira desde cualquier rincón como… con odio, diríamos.
Bueno, en serio. Todo se podría haber evitado encendiendo una luz. Que hubiera –al menos eso piensa usted- molestado el descanso de su esposa. Quiere decir que lo inteligente sería buscar un término medio entre tal descanso y la integridad de sus pies. Y sin intención de sugerir actitudes reprochables, tal término medio debería estar entre la famosa lucecita y la decisión de irse a dormir a la otra pieza.
La seguridad absoluta no existe. Toda reja se violenta, toda pared se perfora, toda alarma se desconecta, todo hombre se distrae, todo perro se anula. Pero pueden encontrarse términos medios, actitudes y precauciones que disminuyan el riesgo hasta un nivel aceptable.
Será necesario, primero, intentar definir o circunscribir el asunto: cuando hablamos de seguridad, ¿a qué nos referimos? ¿a que no vulneren nuestro domicilio esos señores de hábitos más o menos clandestinos que quieren llevarse lo que es nuestro? ¿a que nuestros hijos puedan salir de noche sin peligro? ¿a que no nos estafen dándonos por bueno un billete de moneda falso? ¿a que no nos rompamos un hueso al caernos por culpa de un pozo en la vereda? ¿a que nuestro ruidoso vecino nos deje dormir antes de ir a trabajar? Sin duda, a todo esto, y a mucho más, aun cuando a cada situación podamos adjudicarle diferentes grados de importancia…
A propósito de ruidos, me interrumpo un momento. Veo pasar ante mi ventana a un superhéroe –remerita sin mangas; yo, setentón, camiseta y camperita con bolsillos para facilitar el uso del pañuelo, imprescindible por mi alergia- en veloz motocicleta, grande y ruidosa. A dos mil kilómetros por hora pasa por la calle ida y vuelta varias veces, acompañado por un ruido atronador. Gira en la calle, vuelve sobre sus ruedas, acelera, vuela… Me pregunto: si se cruzara el señor que veo a veces pasar, apoyado en su bastón y siempre acompañado por otra persona, ¿Qué podría suceder? ¿y si fuera el Flaco, perrito callejero del barrio, que hemos bautizado así con mi señora? Por fortuna, el superhéroe desaparece. Pero, ¿Cuál será su derecho de ir y venir a velocidad suicida, de producir ruidos insoportables, de violar una docena de disposiciones de tránsito?.
Todo este episodio medio doméstico, ¿tiene que ver con la seguridad? ¿Mucho o poco? Seguramente que sí. Cuánto, dependerá de nosotros, de la valoración que hagamos de las circunstancias que rodean al asunto. Pero no sólo de nuestra valoración, sino de la que haga la sociedad, como conjunto humano, y sobre todo mediante los órganos que ella creó para hacer soportable la vida: el Estado –aunque parezca mentira- y sus diversos organismos.
Columnista: Pedro Lago
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