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Joven acusada por homicidio dice que su pareja ardió por accidente

Yris Garay le dio esa versión a su abogado y se la contaría al juez en los próximos días. Sigue presa en una comisaría.

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Es inminente que antes del domingo, día en que vence la prórroga de su detención, Yris Noelia Garay Arange se siente ante el juez Ariel Parrillis y el fiscal Esteban Roche para dar su versión de lo que ocurrió la noche del martes de la semana pasada, cuando su pareja, Brandon Bustos, sufrió quemaduras en el 55% del cuerpo que terminaron cobrándose su vida. La joven de 22 años sostiene que nunca tuvo intenciones de matar al padre de su hijo, que este ardió en llamas por un accidente y que previo al hecho, él la había agredido físicamente, como tantas otras veces. Sus nuevos abogados solicitaron una batería de medidas para sostener ese relato.

Garay fue detenida el miércoles a la siesta por personal de la División Homicidios, que investiga el caso junto a Roche. Al día siguiente, fue conducida a una audiencia de formulación de cargos en la que el fiscal pidió imputarle el delito de “Homicidio doblemente calificado por el vínculo y ensañamiento”, que prevé una pena a prisión perpetua. Ella, quien fue asistida por la defensora oficial penal Nadia Agúndez, prefirió no hablar, pero este lunes nombró nuevos abogados y ahora “está desesperada por declarar, por contar su historia y ser escuchada”, comentó el letrado Esteban Bustos.

Tras mantener una breve entrevista la noche del domingo, el defensor volvió a reunirse con Garay anteayer y esta se explayó con detalles sobre lo ocurrido. “Me manifestó que todo inició a raíz de un ‘me gusta’, de una reacción que ella le hizo a la foto de estado de una persona, de otro joven. Dijo que el causante (Bustos) era muy celoso, que vio lo que hizo en las redes, que le hizo una captura de pantalla a su reacción y que se la envió a su teléfono. Y eso no lo digo yo, está en el teléfono. Le mandó la captura y le puso textualmente: “¿Querés jugar? Bueno, ahora sí vamos a jugar”, relató el defensor.

La sospechosa asegura que ella y la víctima, con quien tiene un hijo en común de un año y dos meses, no convivían, sino que ella residía en la casa de su abuela, en la parte delantera de la casa 5, manzana J del barrio 1º de Mayo, y que Bustos lo hacía en un departamento trasero en el mismo predio.

El mismo martes, pero a la noche, él comenzó a agredirla físicamente y cuando ella quiso retirarse en una moto Honda 150, que asegura es suya, “él le dijo: ‘No te vas a ningún lado… es más, sacá la nafta, porque la pagué yo’, entonces ella conectó unas mangueras y se puso a llenar una botella con el combustible. Después, nuevamente comenzaron los episodios de violencia y mi defendida, quien tenía la botella en la mano, recibió una patada en el brazo, entre el codo y el hombro. Esa patada hizo volar el recipiente y no solo lo roció a él, sino que a mi defendida también, en los puños, las mangas y sus manos”, explicó el letrado.

No hubo dolo

Esa secuencia habría ocurrido dentro del departamento, pero cuando la pareja continuó la discusión en el patio, el joven comenzó a manipular un encendedor, como amenazándola, y “en esas agresiones y chispazos, él se incendió”. Al verlo en llamas, Garay corrió a buscar una olla con agua e intentó apagar el fuego, hasta que fue ayudada por uno de sus tíos, que fue quien trasladó al herido al hospital, comentó el defensor.

“Les creo en su totalidad, en un 100 por 100, a las manifestaciones que mi defendida me hace, porque son muy creíbles. Cuando la escuché y volví a escuchar, jamás cambió ningún detalle y el suyo es un relato lógico y coherente. Lo que discuto en virtud a mi teoría del caso es que acá no hubo dolo. Mi defendida no quiso matar a nadie y explico por qué, doy los fundamentos y mis razones, y vamos a aportar prueba que dé cuenta de eso”, sostuvo Bustos.

Violentada

Bustos y los codefensores Maximiliano Correa Fernández y Claudio Pérez Calderón también apuntan a demostrar que Garay era víctima de violencia de género, a pesar de que Roche presentó como prueba un informe policial que refiere que no había denuncias por problemas familiares de ninguna de las partes.

“Mi defendida venía sufriendo torturas constantes por episodios de celos”, aseveró y dijo que tienen varios testimonios que dan cuenta de eso, y pedirán que se agreguen al expediente. El equipo defensista también presentó escritos para que se realice una encuesta socioambiental en el domicilio de la imputada, para pedir informes al Ministerio de Seguridad y para incorporar el testimonio de médicos que habrían revisado a Garay en otras ocasiones en las que resultó lastimada por agresiones de Bustos.

Fuente: El Diario de la República

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