Curiosidades

David Copperfield hoy: tiene 67 años, hace más de 500 shows al año y por un accidente debió revelar su último truco

El mago que durante la década de los ‘90 asombró al mundo con sus monumentales números de ilusionismo dejó abruptamente de hacer sus giras y sus grandes espectáculos televisivos, pero no abandonó la magia. Vive en un paradisíaco archipiélago de Las Bahamas pero pasa gran parte del año en Nevada, donde hace su último número.

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Como si se tratara de uno de sus espectaculares trucos de magia, un buen día David Copperfield, el ilusionista más mediático de la historia, pareció desaparecer de la faz de la Tierra.

El hombre que en la década de los ‘90 fue capaz de hacer desaparecer la Estatua de la Libertad, de levitar sobre el Gran Cañón de Colorado, de escapar de la inexpugnable cárcel de Alcatraz o de atravesar la Gran Muralla China se esfumó para el gran público como si fuera su último gran acto de magia.

Para ese momento, además de la admiración de cientos de millones de personas seducidas por su magistral ilusionismo, ya acumulaba once menciones en el Libro Guinness de los Récords y más de veinte premios Emmy por sus especiales de televisión. También era dueño de un archipiélago en las Bahamas y las revistas del corazón de todo el planeta habían mostrado fotos y escrito incontables artículos de su romance con la supermodelo más famosa de la época, Claudia Schiffer.

Pero esa abrupta salida del centro de la atención mediática fue apenas un cambio de escenario. A los 67 años -que cumple hoy- sigue tan activo como siempre, pero en lugar de hacerlo frente a las cámaras y en lugares emblemáticos ha elegido llevar su magia a un ámbito más acotado, el del MGM Grand Hotel and Casino de Las Vegas, en Nevada, donde realiza más de quinientas funciones por año que le permiten embolsar alrededor de 60 millones de dólares.

En Nevada también ha montado su museo personal de magia, considerado el más importante del mundo ya que cuenta con objetos, aparatos, libros y recuerdos de su propia carrera y de los magos más famosos de la historia.

Lo que sigue siendo un misterio -casi otro acto de magia de David Copperfield- es qué lo llevó, de pronto, a dejar sus presentaciones monumentales.

La vida privada

Si las giras y los espectáculos televisivos maravillaban al público, en la década de los ‘90 -cuando llegó al punto más alto de su éxito- la vida privada de Copperfield parecía un misterio tan difícil de desvelar como sus trucos de ilusionismo.

Por entonces comenzó a correr el rumor de que no mostraba a su pareja porque era homosexual. Su respuesta fue un pase de magia deslumbrante: comenzó a mostrarse acompañado por la top model más famosa de la época, la alemana Claudia Schiffer, que fue su pareja entre 1994 y 1999.

Desde el principio se especuló que la relación era un montaje. La revista Paris Match llegó a publicar que habían firmado un contrato para mostrarse en público, lo que le valió que Schiffer y Copperfield la demandaran por 30 millones de dólares. El caso no llegó a juicio porque se hizo un arreglo privado cuyo contenido nunca trascendió.

Años más tarde, el ex representante de Schiffer contó que el primer encuentro entre la modelo y Copperfield le costó al ilusionista 35.000 marcos alemanes -unos 18.000 euros de hoy- y que se trató de una promoción, pero que allí se produjo un “flechazo” que los llevó a estar en pareja durante casi cinco años.

Desde 2008 está en pareja con la productora francesa Chloe Gosselin, con quien tiene tres hijos, un varón llamado Dylan y dos hijas, Audrey y Sky.

Cuando no están en Las Vegas por las obligaciones del mago en el MGM Grand Hotel and Casino de Las Vegas, la familia pasa sus días en el refugio caribeño que Copperfield compró en Las Bahamas, Musha Cay, once islas que pertenecen al archipiélago de las Exuma, por las que pagó 35 millones de euros en 2006.

Hoy se las conoce como “las islas de la bahía Copperfield” y allí el mago también instaló un complejo de lujo de más de 150 hectáreas con playas privadas, donde suelen pasar temporadas quienes pueden pagar los 50.000 dólares semanales que cuesta la estadía, como la conductora de televisión Oprah Winfrey, John Travolta o Serguéi Brin, el cofundador de Google que se casó allí en 2007.

Nota: Infobae

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